jueves, 20 de octubre de 2011

HISTORIA DEL FERROCARIL DE NICARAGUA.


Bajo el gobierno del general Pedro Joagµín Chamorro_(1875-79), fue emitido el decreto legislátivo sobre a composición del rio y puérto de San Juan del Norte, y una vía férrea". El decreto fue promulgado el 10 de febrero de 1876 y publicado en la Gaceta de Nicaragua del sábado 7 de julio de 1877. En su artículo primero dispone que el Gobierno dará principio á la composición del rio y puerto de San Juan del Norte, de la manera que estime conveniente, debiendo comenzar esos trabajos dentro del término mas breve posible"
El artículo segundo dice: "También negociará de una manera definitiva ó emprenderá directamente por cuenta del Estado la construcción de un ferrocarril á vapor de Corinto al puerto mas cercano de León en el Lago de Managua, pasando por dicha ciudad de León y por la de Chinandega. Este ferrocarril será proporcionado á las necesidades del país y deberá quedar conexionado con la Capital por medio de una línea de vapores y con el gran lago por medio de otra sección de vía férrea entre Granada y Managua, pasando por las inmediaciones de Masaya, ó por una via de igual naturaleza paralela al río Tipitapa, ó canalizando dicho rió, de manera que en.todo tiempo y en toda su estensión tenga por lo menos cinco piés de profundidad, haciéndose la navegacion de lago á lago sin trasbordo. -
El artículo tercero ordena la construcción de una. cárretéra del Ocotal a León y otra de Matagalpa a Tipitapa. Y el cuarto dispone que "para atender en parte a los gastos que exijan estas obras el Gobierno decretará sin pérdida de tiempo en toda la República un empréstito entre los capitalistas que tengan más de mil pesos de capital cuyo avalúo se practicará como el Gobierno lo estime conveniente".
Los artículos siguientes establecían impuestos a las exportaciones de hule, de cueros, de venado y de productos manufacturados y a las ventas de tabaco. Se disponía la integración al tesoro nacional de todos los capitales en dinero y capellanías que formasen los fondos de Instrucción Pública asimismo de los bienes pertenecientes a las cofradías y archicofradías. Y por último se autorizaba al gobierno para tomar de las rentas generales cuanto fuese necesario para la: ejecución de las obras de que trataba la ley.
Se suspendieron los gastos de,mantenimiento del camino de las diligencias, que ascendían a la suma de diez mil pesos mensuales y se destinaron dichos fondos al Ferrocarril.
Por Contrato de Hacienda N° 48, del 29 de octubre de 1877, el Gobierno de Nicaragua, por medio de su. cónsul general en los Estados Unidos, Alejandro Cothead, y Beverly S. Randolph, ingeniero de ferrocarriles, convinieron en que éste se presentaría en Nicaragua en el mes de noviembre, como en efecto se presentó, para reconocer la ruta del Ferrocarril de Corinto a Moabita. Randolph realizó este trabajo con la cooperación de Maximiliano Sonnenstern, Ingeniero Civil de la República. Los estudios y trazados de Randolph fueron revisados en Nueva York por los ingenieros Henry D. Butts Norris y Aniceto Menocal.
Se desconfiaba en amplios sectores del éxito de la empresa, de la capacidad económica del país para llevarla a cabo, creyéndola poco menos que un ensueño progresista.






No obstante, se decidió comenzar la obra, con los recursos disponibles en 1878, encomendándosé sú ejecución al ingeniero Marco Antonio Lacayo, quien de inmediato se empeñó en la obra de desagües y terraplenes. La primera en construirse debía ser la sección Corinto-Chinandega, con un costo de 200,000 dólares. Se pidió a Europa y Estados Unidos el material fijo y rodante para la mitad de dicha sección. Y el vecindario de Chinandega suscribió un empréstito de 16,000 pesos, con interés del uno por ciento, para emplearse exclusivamente en el Ferrocarril. A poco llegó el material pedido, consistente de más de 800 toneladas de rieles, cclisas, clavos, pernos y tuercas, y además, dos locomotoras y otro material rodante.
Entretanto se había entrado en arreglos con el ingeniero Norris, quien propuso tomar a su cargo la construcción a un costo equivalente al estimado, y en octubre de 1879 se firmó contrato con él. El ingeniero Lacayo había construido entre septiembre de 1878 y noviembre de 1880 la sección entre Pasocaballos y Ameya. El trayecto entre Pasocaballos y Corinto fue comenzado por Norris a fines de 1879 y terminado por Sonnenstern, por ausencia de aquél, en septiembre de 1880. El 26 de noviembre llegó a Chinandega la primera locomotora, tras un recorrido de doce millas y media.
El 14 de Septiembre de este mismo año había llegado a Corinto parte del gran puente o viaducto para el estero de Pasocaballos, de 1,350 pies de extensión y 300 toneladas de peso, sustentado por 108 pilotes y 54 vigas transversales, todo de hierro.
El 1° de enero de 1881 fue inaugurada solemnemente la vía CorintoChinandega, aun sin haberse construido totalmente el puente de Pasocaballos, cuyas partes faltantes no llegaron a Corinto hasta el 5 de agosto de ese año.
El 10 de marzo de 1882 quedó terminado y abierto al tráfico, al pasar, por primera vez, a las 2 de la tarde, la locomotora Emilio Bernard, en viaje hacia Corinto.
El 20 de julio de 1882 el gobierno dispone fundar una población en el sitio de León Viejo, terminal de la División Occidental del Ferrocarril, y se comisiona al ingeniero Salvador Cobos para que trace los planos.
El 9 de junio de 1883 el Inspector de Obras Públicas, Ing. Sonnenstern, informa que la línea había llegado a León, cubriendo 25 millas y media desde el punto de partida, y que seguía extendiéndose hacia Pueblo Nuevo y León Viejo.
- El 28 del mismo mes el ingeniero Norris anuncia que la línea está al llegar a León Viejo, y que ya se han nivelado 14 millás, entre Managua y Masaya. Tres meses después se coloca el primer riel de la División Oriental .
La inauguración solemne de la nueva población de Momotombo se verificó el 27 de enero de 1884. A las cinco de la.mañana de ese día zarparon de Managua los vapores Amelia e Isabel, conduciendo al Ministro de Hacienda y Guerra del Presidente Cárdenas, coronel Joaquín Elizondo, al Ministro de Relaciones Exteriores e Instrucción Pública, licenciado Francisco Castellón, y a gran número de personas que los acompañaban, con destino a León Viejo o Momotombo, como ya se llamaba a la población recién trazada. Con el mismo objeto inaugural salió de León un tren expreso conduciendo al general Joaquín. Zavala, expresidente de la República, quien regresaba de una misión diplomática por los estados centroamericanos, y a numerosos asistentes a la fiesta. - El acto tuvo lugar a las tres de la tarde de dicho día 27. El Ministro Elizondo pronunció el discurso oficial. Por la noche hubo retreta y baile. Salieron hacia Managua a las cuatro de la mañana del 28 y llegaron a las diez.
La División Occidental recién terminada constaba de 58 millas de vía, que con los apártadéros sumaban 61 y media. La gradiente máxima era de 2.5 por ciento; y la curva mayor en la vía principal cubría 9°30' , siendo el radio mínimo de 603.8 pies ingleses. Había en servicio seis locomotoras.
SE CONSTRUYE LA DIVISION ORIENTAL
La línea Managua-Granada (División Oriental) fue construida toda bajo el gobierno del doctor Adán Cárdenas (1883=87).
A las 8 de la mañana del 29 de septiembre de 1883 el Prefecto de Managua, en acto solemne, fijó el primer riel. El 25 de diciembre del mismo año la primera locomotora que se había puesto en servicio, la Managu, recorrió en calidad de ensayo, un poco más de una milla de vía que se había construido, arrastrando varios carros colmados de gente.
El 30 de septiembre de 1884 se inauguró la línea a Masaya; pero no quedó abierta al servicio público hasta el 16 de abril de 1885.
El 1 de marzo de 1886 llegó por primera vez el Ferrocarril a Granada, con gran alborozo del pueblo granadino. Y en julio de este mismo año quedó terminada la prolongación de la vía desde la estación hasta el muelle.
La construcción de la División Oriental se realizó sin mayores dificultades económicas; sólo al contratista, ingeniero Norris, se quedó debiendo un saldo pequeño, por el cual aceptó bonos emitidos al efecto.
La División Oriental tenía una extensión de 31 y media millas inglesas, que con los apartaderos sumaban 33. La gradiente máxima era de 2.8%. La curva más cerrada en la vía principal cubría 9° 30' y el radio mínimo era de 603.8 pies ingleses.
Se hizo una prolongación a ésta División, desde el muelle de Managua hasta la Escuela de Artes, que se transformó en Taller Central, con un total de 4,600 pies ingleses.
En 1895 fue celebrado el contrato de construcción del Ferrocarril a Los Pueblos de Carazo por el General Zelaya, presidente de la Repúblicaen ese entonces (1893-1909).
La via asi en División Oriental como en la Occidenital éra angostá de 3 pies ingleses y 4 pulgadas. de ancho. Tenían sus puntos de mayor elevación, la División Occidental a 416 pies sobre el nivel del mar; a 4 millas de Momotombo; y la División Oriental a 890 pies sobre el nivel del mar a 2 millas de Masaya y 21 de Managua.
El valor de ambas divisiones, con sus 90 millas de vías y los equipos; se calculaba en 1898 en un total de más de dos millones de pesos-oro.
CREDITO:CANAL-10 / LIC:RENE DAVILA /171011

sábado, 1 de octubre de 2011

Presidentes de Nicaragua.


150 AÑOS EN LA HISTORIA DE NICARAGUA A TRAVES DE SUS GOBERNANTES.
Presidentes de Nicaragua.
 
































Bookmark and Share  
JUNTAS DE GOBIERNO
1972-1973 - Fernando Agüero R.  Alfonso Lovo Cordero.  Roberto Martínez L. 
1973-1974 - Edmundo Paguaga I.  Alfonso Lovo Cordero.  Roberto Martínez L.

1979-1981 - Daniel Ortega Saavedra.  Sergio Ramírez Mercado.  Moisés Hassan M.  Alfonso Robelo C.
Violeta v. de Chamorro.

1981-1984 - Daniel Ortega Saavedra.  Sergio Ramírez M.  Moisés Hassan M.  Rafaél Córdoba Rivas.  Arturo Cruz Porras.

Cuatro Presidentes están vivos.

 De todos los Presidentes de Nicaragua pre-sentados en esta galería de La Estrella de Nicaragua, solamente los últimos 4 están vivos: Violeta Barrios viuda de Chamorro, Arnoldo Alemán Lacayo, Enrique Bolaños Geyer y Daniel Ortega Saavedra. Todos los demás quedaron en la historia, lejos de egolatrías, vanidades y mesianismos, muchos de ellos olvidados. En el futuro vendrán otros que en la postrera también pasarán a la implacable historia, juzgados por el bien o el mal que hayan hecho a Nicaragua y su pueblo.

Lic.Rene Davila/ 29090011

«Yo luché en San Jacinto»

En los primeros dias de septiembre de 1856, una columna de 160 hombres armados con fusiles antiguos, de peine, hambrientos, casi desnudos, al mando del Coronel don José Dolores Estrada, ocupaba la Hacienda San Jacinto, de don Miguel Bolaños, en el Departamento de Granada (Managua pertenecía entonces a Granada. Nota de La Estrella de Nicaragua), con el objeto de proporcionarse víveres y descansar de las fatigas de una ruda campaña».

Teniente Alejandro Eva, de Managua.
«Esta pequeña fuerza estaba dividida en tres compañías ligeras comandadas por los capitanes Liberato Cisne, Francisco Sacasa y Francisco de Dios Avilés».«La casa de la hacienda era grande, de teja y con dos corredores, estaba ubicada en el centro de un extensísimo llano, y solamente a retaguardia de la casa, como a 100 varas, había un pequeño bosquecillo».
«Inmediatamente se puso la casa en estado de defensa, claraboyando las paredes del lado de los corredores, y con la madera de dos corrales que se desbarataron, formamos un círculo de trincheras».
«Tres días después de nuestra llegada, 60 jinetes yankees, de las mejores fuerzas del audaz y aventurero William Walker, se acercaron a practicar un reconocimiento del cual resultó una pequeña escaramuza el 5 de Septiembre, en que murió un cabo, Justo Rocha y un filibustero, el mismo que mató a Rocha, y que según confiesa Walker en su "Guerra en Nicaragua" fue el capitán Jarvis».
«Al amanecer del 14 de Septiembre tomabamos un frugal desayuno, cuando el cabo Salmerón, espía nuestro, llegó a escape al campamento participando que el enemigo, como en número de 300 se aproximaba por el Sur».
«En el acto el Coronel Estrada dispuso que solamente quedase en el interior de la casa una escuadra que comandaba el Teniente don Miguél Vélez y que el resto de la tropa ocupase la línea exterior. Hízose así, y en esa disposición esperamos, con orden de no hacer fuego sino hasta que los agresores estuviesen a tiro de pistola».
«A las 7 de la mañana divisamos al enemigo como a 2000 varas de distancia; marchaba a discreción y no traía cabalgaduras. Los Jefes y Oficiales vestían de paisano: levita, pantalón, chaleco y sombreros negros, algunos portaban espada y revólver, y otros, rifles; y la tropa iba uniformada con pantalón y camisa de lana negros, sombreros del mismo color e iban armados con rifles "Sharp" y "Negritos". Hicieron un alto a tiro de fusil y se destacaron en tres columnas paralelas de 100 hombres cada una».
«Cuando estuvieron a una distancia conveniente rompimos el fuego, al recibir la descarga, en vez de vacilar, se lanzaron impetuosamente sobre las trincheras; una columna atacó el frente, otra por la izquierda y la última por la derecha. Todas fueron rechazadas por tres veces, y hasta el cuarto intento no lograron apoderarse de la trinchera por el lado izquierdo, cuando el valiente Oficial Ignacio Jarquín y toda la escuadra que defendían ese punto, habían muerto heróicamente. Dueños los filibusteros de un punto tan importante, hacían un nutrido y certero fuego sobre el resto de la línea».
«Cortados de esta manera teníamos que comunicarnos las órdenes a gritos. El infrascrito (Teniente Alejandro Eva), con los Tenientes don Miguél Vélez y don Adán Solís, defendían el ala derecha; y yo, como primer Teniente, recibí orden de defender el puesto, hasta morir, si era necesario».
«Mis compañeros se batían con admirable sangre fría».
«Los yankees multiplicaban los asaltos, pero tuvimos la fortuna de rechazarlos siempre».
«Uno de ellos logró subir a la trinchera y allí fue muerto por el intrépido Oficial Adán Solís».
«Eran las 10 a.m. y el fuego seguía vivísimo».
«Los americanos, desalentados sin duda por lo infructuoso de sus ataques, se retiraron momentáneamente y se unieron las 3 columnas; pero pocos momentos después, al grito de "¡Hurra Walker!" se lanzaron con ímpetu sobre el punto disputado».
«Se trabó una lucha terrible, se peleaba con ardor por ambas partes, cuerpo a cuerpo...»
«Desesperábamos ya de vencer a aquellos hombres tan tenaces, cuando el grito de "¡Viva Martínez!" dado por una voz muy conocida de nosotros, nos reanimó súbitamente».
«El Coronel Estrada, comprendiendo la gravedad de nuestra situación, mandó al Capitán don Bartolo Sandoval, nombrado ese día Segundo Jefe en lugar del Coronel don Patricio Centeno, que procurase atacar a los yankees por la retaguardia».
«Ese bizarro militar se puso a la cabeza de los valientes Oficiales José Ciero y Juan Estrada y 17 individuos de tropa, saltó la trinchera por detrás de la casa, logró colocarse a la retaguardia de los asaltantes y les hizo una descarga y lanzando con su potente voz los gritos de "¡Viva Martinez!", "¡Viva Nicaragua!", cargó a la bayoneta con arrojo admirable».
(Nota de La Estrella de Nicaragua: En este momento es que señala el historiador don Jerónimo Pérez y otros autores y testigos, que tales descargas y gritos, espantaron a la remonta, o sea los potros de servicio de la hacienda, que estaban o llegaban por el bosque matorraloso al pie del cerro, que salieron en estampida hacia la retaguardia de los filibusteros, junto con la guerrilla, contribuyendo a la sorpresa y espanto que culminó con la derrota de los invasores).
«Los bravos soldados del Bucanero del Norte retrocedieron espantados y se pusieron en desordenada fuga».
«Nosotros, llevando a la cabeza al intrépido Coronel José Dolores Estrada, que montó el caballo de Salmerón, único que había, perseguimos al enemigo 4 leguas hasta la hacienda San Ildefonso».
«Allí mató Faustino Salmerón, con su cutacha, al Jefe de los americanos Byron Cole y lo despojó de un rifle y dos pistolas».
«Nuestra pequeña fuerza tuvo 28 bajas entre muertos y heridos; entre los primeros figuraban el Capitán don Francisco Sacasa y el Sub Teniente Ignacio Jarquín, y entre los últimos el ahora Coronel don Carlos Alegría».
«Los filibusteros perdieron al Coronel Cole, al Mayor cuyo nombre no recuerdo y que era el Segundo Jefe, y 35 muertos más, 18 prisioneros contándose entre ellos el Cirujano y muchos heridos que después hallamos muertos en los campos inmediatos».
«Tal fue el memorable combate que abatió a los invasores y despertó loco entusiasmo en el Ejército que defendía la Independencia de Centro América».
TENIENTE  ALEJANDRO EVA--Participante de la batalla de san jacinto.
Rivas, Nicaragua.
Agosto 21 de 1889